Mientras que los tintos se distinguen a menudo por su origen geográfico o denominación, los blancos suelen clasificarse por variedad de uva. En el caso del Godello, se cultiva sobre todo en la denominación de origen gallega de Valdeorras y en la región castellano-leonesa del Bierzo. Su reciente auge no ha hecho más que consolidar su posición como una excelente opción para los entusiastas del vino más exigentes.
La variedad de uva en cuestión es más común en las regiones vecinas y colindantes, con especial énfasis en la variedad tinta conocida como mencía. Se ha dicho, aunque en términos generales, que los mejores vinos de mencía se producen en el Bierzo y que los más excepcionales de godello proceden de Valdeorras. Sin embargo, estas afirmaciones deben tomarse con cautela, ya que sólo mediante pruebas rigurosas puede determinarse la verdadera calidad.
En los años 90, la denominación de origen Bierzo aún no había alcanzado el elevado estatus que ostenta en la actualidad, con las minas de carbón aún en funcionamiento y los viticultores trabajando a tiempo parcial.
Más adelante, con una nueva oleada de jóvenes enólogos apasionados y visionarios, muchos de ellos hijos de viticultores, que se esforzaron por producir vinos de alta gama, recuperar viñedos anticuados y elevar la denominación de origen Bierzo a una categoría de distinción por sus vinos de calidad cargados de personalidad.
En esta zona, los viñedos de racimos pequeños y granos ovalados le ofrecerán probablemente sus mejores godellos. Con una producción limitada y suelos con un pH notablemente bajo, la longevidad del vino se beneficia de una buena acidez. En nariz, el vino desprende tonos florales, fruta blanca, notas ahumadas y aromas claramente cítricos. Sin embargo, la exquisita explosión de sabores se produce en boca, donde el vino exhibe su potencia, frescura y untuosidad gracias a una acidez definida con precisión. Ahora que ya sabemos más del godello y sus historia, disfrutemos de el.
Salud!!
