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Cómo catar un vino, paso a paso

¿Cómo catar un vino?

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La cata de vinos: Visión, olfato y gusto para catar un vino.

A lo largo del día, nuestros sentidos permanecen alerta y en sintonía con la cantidad de estímulos sensoriales que nos rodean. Sin embargo, muchas veces no somos conscientes de las diversas percepciones que registramos, incluidos los estímulos visuales, olfativos, gustativos, auditivos y táctiles.

A la hora de la cata, nuestro cerebro se esfuerza por analizar y memorizar diligentemente las múltiples sensaciones conscientes que nos transmite un vino, mejorando así no solo nuestro nivel de conocimiento, sino también el placer general de nuestras experiencias sensoriales.

El arte de la cata implica un dominio del aprendizaje y la memoria, ya que requiere un hábil uso de los sentidos para interpretar con eficacia las muchas sensaciones únicas que son inherentes al análisis del vino.

Alcanzar este nivel de competencia requiere una comprensión profunda de varias técnicas de cata, los criterios por los cuales se evalúan los vinos y el vocabulario asociado relacionado con el vino.

Posteriormente, este conocimiento debe perfeccionarse y refinarse a través de una amplia gama de experiencias de cata de vinos, un proceso que requiere tanta paciencia como una sincera voluntad de aprender.

La fase del aprendizaje para la cata de vinos.

Tenga en cuenta estas pautas cuando se embarque en su viaje en el mundo de la cata de vinos:

Explora una amplia variedad de vinos. Un catador experto está familiarizado con los vinos blancos, tintos y rosados, y ha probado una variedad de mezclas únicas y de alta calidad.
Compara y contrasta vinos similares. Analice diferentes vinos de la misma región, variedad de uva o estilo de producción.

Desarrolla tu propia metodología y estilo. Mantenga su enfoque consistentemente durante todas las degustaciones.
Amplíe su vocabulario. Es crucial dedicar mucho tiempo a encontrar la terminología precisa para cada sensación.
Busque orientación.

Aprende todo lo que puedas de catadores experimentados, especialmente al principio.
Las catas a ciegas son clave. Evite que las etiquetas o los precios influyan en su percepción y concéntrese únicamente en las sensaciones en juego.


La cata de vinos: Fase visual.

Si bien el sabor y el aroma siguen siendo significativos, el análisis visual brinda información crucial sobre la concentración y la madurez del vino.

Para realizar un examen visual completo, coloque el vidrio en un área bien iluminada contra un fondo blanco. Incline la copa casi horizontalmente y observe de abajo hacia arriba, luego repita el proceso de arriba hacia abajo para evaluar el color, el ancho y los matices del borde del vino. Toma nota de las siguientes características:

Limpieza. Confirme que el vino esté impecablemente pulido y lustroso. La nubosidad o una capa opaca pueden indicar una sensación similar en la boca.

Color. Estudia el matiz y la intensidad del color del vino. Para el vino blanco, busque tonos pálidos, verdosos o dorados, mientras que el vino tinto puede exhibir tonos rubí, púrpura o granate. Los vinos blancos a menudo se profundizan en color a medida que envejecen, pasando de un amarillo pálido juvenil a amarillo pajizo y dorado.

La cata de vinos: Fase olfativa.

Es fundamental para la cata de vinos reconocer que la apreciación del vino depende en gran medida del sentido del olfato. A pesar de la creencia popular, gran parte de lo que degustamos está muy influenciado por el sentido del olfato dentro del mundo del vino y la gastronomía.

El sentido del olfato juega un papel crucial en la determinación de los matices del gusto, superando las sensaciones percibidas por la lengua. Las personas con deficiencias olfativas, como la anosmia, experimentan una percepción limitada o incluso inexistente de los alimentos y bebidas. Las condiciones temporales que afectan la capacidad olfativa, como la gripe o los resfriados, también tienen efectos similares.

La percepción del olfato ocurre dentro de las fosas nasales, donde las moléculas olorosas en forma gaseosa activan unas glándulas receptoras ubicadas en la parte superior interior de la nariz, conocidas como bulbos olfativos. Estas moléculas pueden llegar a las glándulas a través de dos vías distintas: por la nariz durante la inhalación o por la boca al respirar.

Como oler el vino.

El paso preliminar para analizar el aroma del vino implica un breve examen olfativo, seguido de un movimiento giratorio y una inhalación inmediata a través de las fosas nasales mientras el vino aún está en movimiento. Este enfoque sistemático permite la detección de matices sutiles entre los dos «golpes en la nariz», con inhalaciones que varían entre profundas y prolongadas, cortas y vigorosas.

En las etapas iniciales del análisis olfativo, el aroma predominante es el de la fruta, que puede ir desde moras, grosellas, fresas, arándanos, frambuesas, entre otros. Posteriormente, se pueden identificar notas de cedro, vainilla, caramelo, pan y otros aromas atribuidos a las barricas en las que se añejó el vino.

El léxico de los aromas es muy amplio y abarca varios descriptores. Algunos términos comúnmente encontrados incluyen notas florales como rosa, violeta, acacia, jazmín y azahar; especias como pimienta, clavo, regaliz, anís y canela; y aromas de árboles frutales como limón,

La cata de vinos: Fase gustativa.

Existe una variedad de formas distintas en las que se puede percibir el sabor a través de los sentidos orales. En boca se reconocen cuatro sabores fundamentales: dulce, salado, ácido y amargo.

Estos sabores, junto con el aroma, juegan un papel crucial en la configuración de la experiencia de sabor general. Por ejemplo, los vinos blancos suelen exhibir notas afrutadas y cítricas como limón, naranja, pomelo, melocotón, pera, albaricoque, manzana, melón, grosella o lichi. El perfil de sabor del vino blanco puede variar significativamente con la edad, los vinos más jóvenes tienden a ser más ácidos y cítricos, mientras que los más viejos se inclinan hacia sabores más dulces y de frutas maduras.

Por el contrario, los vinos tintos jóvenes generalmente evocan frutas rojas como cerezas, ciruelas, grosellas, frambuesas, fresas y moras, que luego pueden evolucionar hacia matices balsámicos, minerales o especiados más complejos.

Puedes estar pensando que la cata de vinos es un proceso complejo y en parte lo es, pero con experiencia y paciencia puedes ir aprendiendo y entendiendo mejor todos los pasos y procesos del apasionante mundo del vino y la cata de vinos.

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